viernes, 29 de enero de 2016

¡Las pinzas no son sólo para tender la ropa!

 
Las pinzas de tender la ropa pueden parecer muy aburridas a simple vista, pero basta con echar a volar la imaginación para que, un utensilio de nuestro día a día, se convierta en toda una herramienta de aprendizaje y diversión.
 

 
¡De una pinza de lo más sencilla salió esta maravilla!
Un títere que nos permite y nos ayuda a explicar la incubación de los huevos de una manera divertida. 

 
La creación no puede ser más sencilla: debemos realizar los dibujos sobre cartulina, recortar y pegar a la pinza y... ¡Voilà!
 

miércoles, 27 de enero de 2016

Tierra enferma hecha con fieltro.

Aquí os enseño otra de mis creaciones: La tierra enferma.
 
En este caso, fue para un periodo de prácticas en el colegio público Pedro Penzol de Puerto de Vega (Asturias). Los niños (todo infantil, pero yo estaba en la clase de 3 años) estaban trabajando en un proyecto sobre el mar y, una vez terminado, pasaríamos a "La contaminación", proyecto en el cual yo tenía participación como docente.
Era la primera vez que participaba en un proyecto como creadora y organizadora de actividades así que, además de muy nerviosa, estaba un poco perdida, no sabía como introducir el tema sin perder el enlace con el mar. Y así nació ella, la tierra enferma. La utilicé como organizador previo en la asamblea. Los niños se dieron cuenta de que era nuestro planeta y de que estaba enfermo...a partir de ahí, comenzó un debate sobre las causas de su estado, qué tan culpables éramos nosotros y cómo podíamos solucionarlo. Ellos mismos lo enlazaron con el tema anterior: "Está enferma y por eso mueren los peces, porque hay mucha basura en el mar."
Al final, era más sencillo de lo que yo me pensaba, ¡¡el tema ya estaba sobre la mesa!!
 
Materiales:
-Fieltro de color azul, verde y marrón.
-Relleno de cojín
-Aguja e hilo.
 
Creación:
Lo primero que hice fue buscar una imagen en internet para usar de plantilla.
Después, sobre el fieltro azul, se hacen dos círculos que serán las bases de la tierra sobre las que irán los continentes. A continuación, utilizamos el dibujo para recortar la silueta de los continentes. La marcamos sobre el fieltro marrón y lo cosemos a la base.
El siguiente paso es realizar el termómetro. Debemos rellenarlo con un poco de relleno de cojín y después coserlo a la tierra. Por último, bordamos los ojos, la boca...etc.
Ya sólo nos queda rellenarlo con el relleno de cojín e ir cosiéndola con la parte de atrás para cerrarla y que nos quede nuestro pequeño peluche de la tierra enferma.
 
A los niños les encantó la idea de tener que cuidar la tierra para sanarla. Todas las mañanas la llenaban de besos y abrazos. ¡¡Y hasta hicieron una canción!! (La podéis ver en el blog del cole)
 
 
 
Dedicar las tardes a coser cansa un poco, pero las caritas de ilusión de los niños al ver su nueva amiga, lo compensa con creces.

 

domingo, 24 de enero de 2016

Freddy (Cocodrilo con papel mache)

Me encantan las técnicas plásticas. Todas. Sin excepciones. Disfruto realizando trabajos plásticos como la que más. Supongo que es por eso de que siempre me negué a matar a la niña que aún vive en mi. Algo que, por otro lado, creo que debería hacer todo el mundo, y más si te quieres dedicar a la docencia. Deberíamos tener siempre presente que todos fuimos niños antes de ser mayores y escuchar al niño que tenemos dentro para entender mejor a los nenes que tenemos en el aula.
Pero eso es otro tema.
Este post es para presentar a Freddy, el títere del que me siento más orgullosa hasta día de hoy.
Freddy nació gracias a una asignatura de 4º curso, Técnicas, materiales y procedimientos de expresión plástica. ("Tanto nombre para deciros que os voy a enseñar a hacer títeres de todo tipo y tamaños" diría la profe de dicha asignatura.)
Freddy es un cocodrilo, el títere que más me saco de quicio durante su creación, de hecho, aún no se, a día de hoy, que fue lo que lo salvo de la basura (me lo plantee seriamente).
 
Está hecho con la técnica de papel maché. Es decir, papel de periódico en grandes cantidades, cola blanca, agua y mucha, pero que mucha, paciencia.
 
Materiales necesarios:
-Un globo
-Papel de periódico
-Cola blanca o alquil
-Agua
 
-Celo
-Una botella de plástico
-Hueveras
-Fieltro
-Goma eva de colores
-Un vaso de yogurt
-Una bola de poliespan
-Ojos
 
-Pistola de silicona
-Pinceles
 
-Pintura verde, amarilla y roja.
 
Creación
He de decir que al comenzar a hacerlo no tenia la idea hecha, es decir, sabia que quería hacer un cocodrilo pero no sabia como (nunca había visto uno con esta técnica), por lo que fui improvisando y utilizando los materiales que se me venían a la cabeza.
 
El primer paso y fundamental es hinchar un globo. Es la bola central, que hace de cabeza. Una vez que este hinchado, pasamos a cubrirlo con papel de periódico y la mezcla (cola blanca + agua). Cubrimos con las capas que necesitemos hasta que el se deje de ver el color del globo. Y dejamos secar hasta que se ponga duro.
 
Una vez terminado, pinchamos el globo. A realizar este paso no se debe deformar la bola, es decir, debe quedar duro. Si no ocurre esto, es que hemos dado pocas capas de mejunje.
 
El segundo paso es formar la estructura de nuestro bicho. Para hacer el hocico, yo utilice un trozo de botella de plástico, porque así ya conseguía la curva que me interesaba. La adorne con unos rulos de periódico y después hice unas bolas para hacer los orificios nasales. Se pega con celo a la cabeza y se rellena de papel de periódico. Para la parte de abajo, utilicé papel de periódico y me aseguré de que quedase un espacio para conseguir el efecto de la boca abierta. Se une todo con celo y una vez conseguida la estructura, vuelta a empezar. Preparamos mezcla y cubrimos todo de capas de periódico con ayuda del mejunje.
 
Para la parte de atrás, el cuerpo, utilicé hueveras. Las cortamos del tamaño que queremos y las pegamos a la cabeza con ayuda del celo. Una vez añadido, volvemos a realizar lo mismo que antes, pincel en mano, mejunje y papel de periódico.
 
Una vez que tenemos toda la estructura de nuestro cocodrilo hecha, muy seca y dura, pasamos a pintarlo. Yo utilice los colores verde y amarillo y fui combinándolos y mezclándolos hasta conseguir la estética que me gustaba.  
 
Una vez terminado, solo nos queda añadir los detalles. La cola final, está hecha con fieltro de color verde y manchas de goma eva amarilla, añadidas.
Para hacer los ojos, cortamos la bola de poliespan a la mitad, pintamos las mitades y le añadimos los ojos. Después los pegamos a la cabeza con ayuda de la pistola de silicona.
El sombrero, está hecho con un vaso de yogurt. Lo pinte y después le añadí el detalle del ala y lo adorné con goma eva.
Los colmillos están hechos con goma eva y para el detalle de los orificios usé un rotulador de purpurina verde.
 



 
Como dije antes, Freddy me desespero mucho, lleva mucho tiempo y hay que emplear muchísima paciencia. Pero el resultado final mereció la pena.
A la profesora la dejó con la boca abierta, y sólo me dijo: "merece una matrícula".
 
Ahora, a punto de comenzar las últimas prácticas de la carrera, muero de ganas de llevarlo al aula para que "mis" nenes lo disfruten.
 
P.D: El nombre se lo debe a mis compis. Dos chicas super majas y alegres que me animaron durante todo el proceso. De hecho, creo que si no fuese por ellas, Freddy hubiera acabado en la basura pero como ellas decían...."es un pecado tirar a Freddy a la basura". ¡Gracias chicas!
 
 
 
 

domingo, 17 de enero de 2016

La nueva educación - César Bona

Un libro realmente inspirador para los amantes de la buena educación. Entendiendo como buena educación, una educación en la que el alumno sea el auténtico protagonista, claro.
 
César Bona se muestra, ante todo aquel que quiera disfrutar de su forma de enseñar, como un profesor humilde que no hace otra cosa que disfrutar de su profesión, y nos anima a todos los futuros docentes y a los que ya lo son a no desfallecer, por muchas piedras que se interpongan en nuestro camino.
A lo largo de las 267 páginas que dura esta maravilla, César nos deleita con numerosas experiencias de las que disfrutó y aprendió en las distintas aulas en las que le tocó crecer como maestro. Un camino que le llevó a estar nominado al Global Teacher Prize. Un sueño para cualquier docente que ame esta maravilla de profesión.
 
Un libro realmente inspirador, divertido, alegre y sorprendente.
Él afirma que no es nadie especial, tan solo un profesor que ama lo que hace y que nos muestra en su libro su metodología. Yo afirmo que César Bona es un ejemplo a seguir para cualquier docente.